jueves, 24 de febrero de 2011

Desde cero (o casi) II

Acabo de entrar de nuevo en el cuarto. Estaba agazapadito debajo de una pequeña cómoda, y no me ha costado prácticamente nada empezar a rascarle el cuerpo (ignorando un bufido), sacarle de allí y ponerle encima de la cama para darle un buen masaje. Ha terminado ronroneando, y se ha quedado bastante tranquilo allí, soltando un maullidito como de "¿y ahora qué hago yo aquí solo?" cuando he salido del cuarto.

Huele un poco a callejero y tiene algún que otro pegote cerca del cuello. Si tuviéramos más tiempo, le daríamos un buen baño muy a su pesar, aprovechando los buenísimos días que está haciendo por aquí. Pero bueno, habrá que reservarle ese "susto" para su próximo hogar ;)

También tiene un arañazo un poco feo en la nariz (que probablemente le habrá hecho su propia madre, con la que se enzarza a veces en la calle a manotazos para que no le robe protagonismo de nuestras caricias y comida). Esperemos que no le haya causado ninguna infección y siga tan sanote como el alborotador de su hermano.

2 comentarios:

  1. Espero que todo siga bien ^^ Haceis una gran labor con esos pobres gatos. A ver si cuando me independice empiezo a llenar la casa de bichejos (aparte de Sombra)
    Un beso

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  2. Que buen trabajo! y que eficiencia! espero que salga bien, que se adapte a su nuevo hogar y que no le cueste salir de ese "susto" que lleva encima pobre..

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