viernes, 1 de abril de 2011

Solo en casa (bueno, no tan solo)

For the records: Marta lleva desde hace un par de semanas trabajando en una productora de animación en Bilbao, donde estará durante un mes y medio más, aproximadamente.

Así que me he quedado solo ante el peligro: cuatro desbocados gatos, cuatro, a cuál más encantador:
-Yin, que se meó en la maleta de Marta cuando sólo faltaba meterle un utensilio más antes de cerrarla y salir pitando para la estación de autobuses.
-Yang, que no duda en pasar por encima de mi cadáver durmiente por las mañanas para indicarme amablemente que es hora de salir de la habitación y ponerle su ración en el comedero.
-Sorpresa, nuestro re-acogido, que probablemente es el causante de que cada día la mitad de los trastos de casa estén por el suelo, porque no para de jugar con
-Botón, nuestra última acogida, una gatita de unos cuatro meses y bastante asustadiza aún, dado que no puedo pasar mucho tiempo con ella y no ha podido acostumbrarse al trato con humanos (aunque con los gatos se lleva genial).

Sorpresa se "pidió" a Botón en cuanto la vio. Son los dos un amor, no paran de jugar el uno con el otro y saltar y brincar, retarse y morderse a un ritmo tan enérgico que Yin ni siquiera hace más amago que el de tumbarse a mirar. Mientras escribo estas tres líneas (y escribo rápido), han pasado tres veces por mi lado recorriendo la casa de punta a punta, escalando sofás y subiéndose a camas. En cuanto Sorpresa la atrapa, la tumba en el suelo, le muerde el cuello y empieza a chupetearle toda la cabeza.

A Botón le encanta que le rasquen y le acaricien (es la única aparte de Sorpresa que se deja acariciar la barriguita, pero es que encima te la ofrece cuando llevas un rato rascándole el lomo). El único problema es que para llegar a acariciarla probablemente habrá que perseguirla durante cinco o seis minutos por toda la casa (hasta que va a refugiarse a su cestita, donde se hace un ovillo y se deja hacer). Cogerla en brazos (levantarla del suelo, en general) es para ella el mayor trauma del universo (otro rato adjunto foto de mi antebrazo...). Incluso sólo con mirarla sale corriendo. Pero tiempo al tiempo, realmente es un amor. Después de ponerle la primera vacuna, y tras alguna incursión de los demás a la habitación de cuarentena donde vimos que se llevaban muy bien (llevaba una semana y media aislada, viéndose por los cristales), la dejamos suelta por casa, y es fantástico ver a una pequeñina corretear con tanta felicidad por aquí.

Por el lado positivo, que los cuatro se llevan genial y, como forman un ecosistema bien balanceado (Botón juega con Sorpre, Sorpre juega con botón y con Yin, y como están todos entretenidos dejan a Yang tranquila), son completamente autosuficientes excepto por la comida (funden bolsas de comida a un ritmo bastante importante, una bolsa de 4kg cada dos semanas, aproximadamente) y por la arena (ídem con las bolsas de sílice, van a una por semana para los dos areneros que les tenemos preparados).

Por el lado negativo... Marisol (la mami de Sorpre y Susto) lleva un bombo encima que asusta, desde hace un par de semanas. Calculamos una futura camada de cuatro gatitos o así...

¡Os recordamos que Sorpre y Botón están listos para ser adoptados! Sorpresa ha aprendido además el truco del "¡Plas!" para tumbarse cuando le ofreces comida (tenemos un vídeo divertidísimo de Yin y Sorpre haciéndolo uno detrás del otro, y ayer me partía yo solo cuando lo hicieron perfectamente sincronizados en cuanto les ofrecí un suculento trozo de jamón de york).

Me pregunto si ciertos dueños de Zapatitos habrán hecho algún segundo pensamiento con respecto a un rebajacalorías gatuno con patas...

3 comentarios:

  1. Oye! que bueno! parece que toda la familia se lleva genial! hasta botón!

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  2. Ains, cómo echo de menos a mis cinco amorcitos... :-) Según lo cuentas, los estoy viendo, jajaja. Qué geniales son. A ver si sale alguno adoptado y así podemos coger a los peques nuevos de la calle cuando estén un pelín creciditos.

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  3. jajajaja! pero qué peligro! casi puedo verlos a todos! Yin se lleva la palma, mira que mear la maleeeetaaa!!???? jo! como sabía que Marta se iba, él quería marcarla, ¿para que no olvide el camino a casa? jeje!
    Con respecto al "rebajacalorías felino", me alegro de verlo tan bandido y mimoso como siempre, y aunque ahora la Zapitas está en la línea, no creas que no me lo pienso, es un dulce de gato, y lo echamos de menos con sus mimos y sus lenguaradas inentendibles jeje!

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